8 ESTRATEGIAS PARA DEJAR DE PROCRASTINAR Y HACER LO QUE TIENES QUE HACER ¡YA!

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Seguro que lo habéis vivido: tenéis que hacer una o varias tareas que os dan muuuuucha pereza, pero que tienen que hacerse sí o sí, y os vais buscando excusas para ir posponiéndolas una y otra vez, hasta que llega el momento en que las tenéis que hacer de mala gana, corriendo y malamente, como se dice en el sur. Pues os traigo unos cuantos trucos para que no os pase más.

 

Todos, casi todos los días, tenemos al menos alguna tarea que hacer que no es lo que más nos apetece, ¿verdad? Y la vamos posponiendo, aún a sabiendas de que al final, por mucho que no queramos, tendremos que hacerla. Por algo la palabra procrastinación se oye tanto últimamente. Pero, ¿por qué darle tantas vueltas a esa tarea? Lo mejor es hacerla, y punto. Lo que los americanos llaman eat that frog ("cómete esa rana"). Pero claro, es que no nos apetece... Bueno, pues tengo varias ideas o trucos para que venzáis esa pereza y consigáis cumplir vuestros quehaceres u obligaciones de una vez.

Hacer una lista de las tareas que tenemos que hacer e ir tachando las que cumplimos. Yo, que soy doña listas y doña agendas, apunto cada día las cosas que tengo que hacer. Desde las más importantes hasta las más tontas. Lo hago porque me da cierto gustito ir tachándolas, y es una satisfacción terminar el día y ver que he tachado todas (o casi todas, que a veces es imposible cumplir al 100%). Si tengo una tarea en mi lista, sé que la tengo que hacer sí o sí aunque no me apetezca, así que de esa manera me aseguro de al menos intentarlo.

Empezar por la que menos apetece. De esa lista de tareas, si puedo, empiezo por la que menos me apetece o la que más tiempo me lleve. Así me la quito de enmedio y ya puedo relajarme y hacer las demás. Por ejemplo, aunque en mi caso no es así porque sabéis que me encanta hacerlo, pero si hacer ejercicio está en vuestras tareas y no es lo que más os apetece, hacerlo a primera hora de la mañana hará que ya os lo quitéis de la cabeza y no estéis todo el día pensando en que tenéis que hacerlo.

Empezar por una tarea más ligera antes de afrontar la que más pereza nos da hacer. Aunque este punto es en realidad lo contrario al anterior, también lo pongo en práctica a veces. Es como coger carrerilla o impulso para hacer la tarea que más pereza me da; como un calentamiento, pues una vez que has hecho la otra ya estás en el mood de trabajo y te cuesta menos hacer las siguientes.

Hacer la tarea sin pensar.  Como dice el slogan de Nike: Just do it. Simplente, hazlo. Como te pongas a pensar en la pereza que te da hacer algo, estás perdido. Por ejemplo, si te has propuesto madrugar para hacer algo, suena el despertador y te pones a pensar en lo cansado que estás, en lo poco que te apetece levantarte... no te vas a levantar. Mejor levántate sin pensarlo, no le des tiempo a tu cerebro de pensar que no te apetece. Pues lo mismo con cualquier tarea. No pienses que no te apetece hacer ejercicio porque estás muy a gusto sentado en el sofá, simplemente levántate y vete a hacerlo. Es como quitarse la tirita de golpe.

Ponerse unos tiempos para hacerla. A mí me funciona muchas veces ponerme límites de tiempo para las tareas que me dan mucha pereza. Por ejemplo, me digo: "vale, voy a hacer esta tarea durante 15 minutos". Puede que no me dé tiempo a terminarla en esos 15 minutos, pero al menos algo avanzo. Incluso, en ocasiones, pasan esos 15 minutos y sigo con la tarea porque, total, ya que me he puesto a hacerla, sigo. Y la termino. Os hablé de esto en un post hace unas semanas, la regla de los 5 minutos.

Buscar algo que hacer mientras que nos guste: música, podcasts, etc. Hay tareas que permiten ponernos un entretenimiento de fondo. ¿Y si ese entretenimiento es algo que nos gusta mucho? Os doy mi ejemplo: cuando tengo que planchar, que no es lo que más me gusta del mundo, aprovecho para ver vídeos de Youtube, que es algo que me encanta. Así que en el fondo estoy deseando que llegue el día de plancha de la semana para ponerme a ver los vídeos que me encantan. Otra idea: mientras limpio la casa, cosa que no me gusta nada, aprovecho y escucho podcasts que me resultan muy interesantes sobre redes sociales, emprendimiento, vida sana, entrevistas a gente que me interesa, etc. Es una manera de hacer la tarea menos tediosa y aprovechar el rato.

Pensar en lo positivo que tiene hacerlo. Hay tareas que no tienen vuelta de hoja, y hay que hacerlas porque hay que hacerlas. Sobretodo cuando son temas de trabajo. Pero a otras les podemos buscar además el lado positivo. Ejemplo: tener que sacar a pasear al perro a veces me cuesta mucha fuerza de voluntad, pero además de que la hago porque sé que tengo que hacerla, pienso que me viene bien para quemar calorías, tomar el aire fresco, que me dé un poco el sol, etc. Hacer la cama es un rollo, pero es un gustazo acostarse sobre unas sábanas frescas y estiradas. ¿Me entendéis?

Buscarse una recompensa por cumplir con la tarea. Pues sí, sienta muy bien sentirse realizado por haber cumplido con nuestro deber y haber terminado lo que teníamos que hacer, pero sienta casi mejor darse un pequeño premio, ¿no? No tiene que ser nada costoso ni nada material, incluso. Puede ser ir a hacerse una manicura, tomarse 30 minutos de relax leyendo nuestro libro favorito, tomarse un pedazo de chocolate, comprarse ese pantalón que tenemos fichado, ir a una clase de yoga... lo que sea que nos apetezca hacer y nos tomemos como recompensa.

Bueno, estas son mis 8 estrategias para dejar de procrastinar de una vez. Espero que os sirvan de ayuda, ¡y si tenéis alguna más compartidla conmigo!

 Foto: Javier Sánchez

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