4 MANERAS DE PRACTICAR EL AUTOCUIDADO PARA ESTAR BIEN Y QUE LOS DEMÁS A TU ALREDEDOR TAMBIÉN LO ESTÉN

Fitness And Chicness-Autocuidado-2
 

Probablemente hayáis escuchado últimamente la palabra autocuidado más de una vez. Yo, al menos, no dejo de leerla y oírla, y me parece muy bien porque creo que es algo positivo que deberíamos poner más en práctica. Seguid leyendo, que os cuento mis 4 ideas para hacerlo.



Muchas veces, cuando me han preguntado la edad que tengo y me han dicho que parezco más joven, o cuando han alabado mi figura, han acompañado el halago con la frase "pero tú te cuidas, ¿verdad?". Y no dicho como algo bueno, sino como si supusiera un esfuerzo para mí el llevar una alimentación saludable, hacer ejercicio o usar cosmética para la cara, el cuerpo o el pelo.

Como seguramente supondréis a estas alturas de la película si me seguís hace tiempo, para mí no es que sea un esfuerzo, es que es un placer cuidarme. Entre otras cosas porque, además de hacerlo sabiendo que es bueno para mí y disfrutándolo, soy realista y tengo la capacidad de saber ser flexible para disfrutar de otras cosas que no son precisamente de cuidarme (me estoy refiriendo a esos helados que me encantan, o al embutido, entre otras muchas cosas). Pero es que sé que, si me cuido, me sentiré bien y eso se verá reflejado positivamente en mis relaciones familiares, sociales y laborales. Por eso soy una firme defensora del autocuidado y pienso que es importante que todos lo pongamos en práctica de vez en cuando. Además, hay diferentes formas en las que podemos interpretar el autocuidado para adaptarlas a nuestras circunstancias, que no todo es escaparse a un balneario a que nos den masajes...

El autocuidado consiste en facilitarnos atenciones a nosotros mismos que nos hagan sentir bien a nivel físico, emocional y mental, de manera que si lo convertimos en un hábito pueda llegar a ser algo beneficioso para nuestra salud. Y no sólo tienen que ser acciones enfocadas a la salud o la estética. Se me ocurren muchos ejemplos:

Dedicar un rato a leer nuestro libro o revista favoritos. Lo sé, las que sois madres me diréis que disponer de ese tiempo es un lujo difícilmente alcanzable en el día a día, pero por eso precisamente os aportará tanta satisfacción mental poder hacerlo. Y a lo mejor es algo imposible de hacer todos los días, pero tal vez podáis conseguir un ratito en el fin de semana para ello (¿podemos mandar a los churumbeles al cine con el "pápa"? Prehunto).

Tener flores en casa. Personalmente, me da mucha alegría ver mi casa llena de plantas y flores, creo que dan color y calidez al ambiente. ¿Por qué esperar a alguna ocasión especial y a que a alguien se le ocurra mandarnos o comprarnos un ramo? Podemos "autorregalarnos" uno sin gastar mucho y que nos lleguen directamente a casa. En la web de Colvin tenéis muchas opciones preciosas a buen precio -y además con el código ROSASORROCHE tenéis un 10% de descuento hasta el 20 de agosto.

Darnos un capricho culinario. Puede ser cocinando nosotros nuestro plato favorito, pidiendo a domicilio la comida que más nos gusta o yendo a ese restaurante que nos morimos por probar, cada uno puede hacerlo a la manera que le permitan sus circunstancias. Y ojo, no tiene por qué ser atiborrarse de algo, llamémosle, poco saludable (que tampoco pasa nada si es de vez en cuando, por cierto). Hay recetas súper ricas que tienen versiones más sanas que las normales y están de rechupete. Por ejemplo, en casa estamos ahora enganchados a las cookies keto de Lis Valera (en mi Instagram tenéis la receta de unas que son, en mi opinión, las más ricas que hemos comido nunca), y las hago casi cada semana.

Hacernos un masaje con aceites esenciales. Sí, lo ideal sería poder ir a menudo a un spa a que nos dieran un buen masaje de la cabeza a los pies, pero estoy casi segura de que la mayoría de los que me estáis leyendo no tenéis ni tiempo ni dinero para hacerlo, ¿me equivoco? Bueno, pues podemos hacérnoslo nosotros mismos. El lunes os hablé de la firma PerPurr, que tiene unos aceites corporales (y uno facial) que son una auténtica delicia y maravillosos para dedicarnos un rato mientras los aplicamos, los extendemos, los olemos y nos beneficiamos de todas sus propiedades. Y si ya conseguimos que alguien en casa se apiade de nosotros y nos dé ese masaje en la espalda (que devolveremos recíprocamente, no seamos egoístas), pues miel sobre hojuelas.

Bueno, estas son mis cuatro ideas de autocuidado que os propongo poner en práctica más pronto que tarde. Y seguro que se os ocurren más que, por cierto, me encantaría conocer. Porque, si estamos bien, los demás lo notarán, les cuidaremos mejor y también estarán bien. Ya sabéis esa frase que se dice en las demostraciones de seguridad en los aviones: en caso de despresurización de la cabina (...) póngase primero su mascarilla y después póngasela a los demás. Pues eso.

No hay comentarios