Como os dije en mi post sobre los propósitos para este 2020, he decidido intentar comer menos carne de ahora en adelante. Eso significa que tengo que buscar alternativas y nuevas recetas para no comer siempre lo mismo, así que empiezo por un plato vegano que nunca había probado, el curry de berenjena. Nos ha gustado tanto que tenía que compartir la receta con vosotros.
Reconozco que, a la hora de cocinar, suelo caer en el error de terminar siempre cocinando el mismo sota, caballo y rey, y eso no está bien. Sobretodo cuando pretendo reducir el consumo de algunos productos, porque entonces las opciones se reducen más aún. Así que me he lanzado a descubrir y probar nuevas recetas (gracias a una herramienta de la que os hablaré en breve y que está siendo todo un descubrimiento). Una de las primeas ha sido un curry de berenjena vegano que nos ha gustado mucho. A pesar de haberlo escuchado cientos de veces, nunca había probado el curry, ese plato típico de la India que tantos seguidores tiene. Y no me extraña. Tiene ese punto perfecto de cremosidad y picante que me encanta, y es un plato único súper completo, lleno de fibra, vitaminas y proteínas sin necesidad de llevar carne -en este caso-.
Además, es fácil y relativamente rápido de hacer, dos características que ya sabéis que suelen ser comunes en las recetas que comparto con vosotros. Por cierto, esta la he cogido prestada del curso Veggie to go! de Foodieland. Como os decía más arriba, os hablaré de ellos (y muchos más recursos) en nada, así que atentos. Pero, sin más dilación, os dejo la receta que pienso preparar este invierno unas cuantas veces más:
Ingredientes:
1 cebolla
1 berenjena
1 brócoli pequeño
1 bote pequeño de garbanzos cocidos
1 bote de leche de coco
Aceite de oliva
Sal (al gusto, ir probando)
2 cucharaditas de curry
1/2 cucharadita de pimienta negra
1/2 cucharadita de canela
1/2 cucharadita de comino
1/2 cucharadita de pimentón dulce
Preparación:
Pochar la cebolla, cortada en tiras, en el aceite de oliva. Cuando esté transparente, añadir la berenjena cortada en dados (pelada o sin pelar, eso es al gusto) y dejar cocinar unos 10 minutos, moviendo de vez en cuando. Añadir el brócoli y cocinar 3 o 4 minutos más. Añadir los garbanzos lavados y escurridos, las especias y la leche de coco y dejar cocinar unos 6 u 8 minutos, moviendo de vez en cuando. Al terminar, probar el punto de sal y rectificar si es necesario.
¡Y ya está! Es así de fácil, así de sano y así de rico. Perfecto para darle un toque algo exótico a estos días fríos en nuestro plato. Os aseguro que está muy rico y es una manera ideal de comer verduras y legumbres disfrutando.
Si lo probáis me contáis...
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