Siempre me acuerdo de una foto de un anuncio de Clarins en el que salía una chica rubia, guapísima (obviamente), con el pelo recogido de manera desenfadada, un jersey de cuello vuelto blanco y el colorete más bonito que he visto nunca. Para mí esa es la imagen de belleza que más representa al invierno.
Y por eso siempre he buscado el colorete perfecto, ése que me diera buena cara, que me pusiera guapísima en un toque. Con un tono rosado, suave, con un poco de brillo satinado y saludable.
Se habla mucho de Orgasm, de Nars, que estoy deseando probar, pero mientras llevo años usando este low cost:
Es el tono 95, Rose de Jaspe, de la gama Pastel de Joues de Bourjois. Rosa pálido, brillante pero no demasiado, barato, y que dura muchísimo. Y me encanta la cajita.
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