Como optimista y persona positiva que soy, siempre intento sacarle algo bueno a todas las cosas, y este confinamiento no iba a ser menos. Independientemente de las dificultades o cosas negativas que estamos experimentando (y las que vendrán), hay tres cosas que le tengo que agradecer a la rutina que nos han impuesto. Os las cuento porque a lo mejor vosotros podéis tomarlas de inspitación para adoptar también nuevos hábitos que perduren en el tiempo más allá de esta situación de social distancing.
He empezado a hacer tres cosas que creo que son bastante positivas a nivel mental y también físico, y mi idea es mantenerlas una vez que volvamos a nuestra vida normal:
Dar un largo paseo con Robin nada más levantarme. Lo reconozco, el hecho de tener perro nos ha aliviado a David y a mí el confinamiento. Eso de poder salir a tomar el aire, aunque hayan sido cinco minutos, cuando nadie podía salir lo ha hecho más llevadero. Y ahora que todos podemos pasear, aunque sea a horas predeterminadas, es una actividad que no nos da nada de pereza (y antes nos daba un poco más). Pero es que me he dado cuenta de que cuando saco a Robin a las 8 de la mañana -que el señorito tiene la hora cogida y no perdona ni un minuto- y me doy un paseo de unos 45 minutos con él cuando apenas hay gente en la calle, me encuentro súper bien. No sólo porque me espabilo ipsofactamente, sino porque estar al aire libre desde bien temprano me hace tomarme el día de otra manera. Aparte de que ya empiezo la jornada de manera activa y al volver me cuesta muchísimo menos hacer mi sesión de entrenamiento o la siguiente actividad que os voy a contar. Aunque vosotros no tengáis perro, este hábito de salir a pasear un poco nada más levantaros (si es antes de las 10, claro) os sentará igual de bien. Y puede que os cueste los primeros días, pero os aseguro que el esfuerzo merecerá la pena. Es más, yo diría que hasta el desayuno de después sabe mejor. 😉
Volver a estudiar. Siempre he sido de mente inquieta y he procurado formarme e informarme constantemente, pero este confinamiento, como ya os dije en este otro post, me ha dado el impulso de volver a mis estudios de ruso, que había dejado hace 4 años. El hecho de no poder salir de casa no ha sido un problema, porque con la Universidad Tech tengo vía online todos los materiales que necesito para prepararme para un examen oficial. Pienso que estudiar es una actividad que nos hace mantener el cerebro joven, así que si tenéis interés por especializaros en algo que ya habéis estudiado, o queréis formaros en lo que siempre os ha apasionado, esta Universidad online tiene muchísimos cursos y formaciones que os pueden interesar. Y con el código X0KGBM tenéis además un 35% de descuento en cualquier curso, carrera o master en el que os apuntéis.
Establecer una hora de recreo. Os cuento: casi cada tarde, después de ver una serie y echar una pequeña siesta, David y yo salimos al balcón a tomar un poco el sol (si hace bueno) o nos quedamos en el sofá, ponemos música y leemos/vemos un vídeo de YouTube/escuchamos un podcast (cada uno lo que quiera en ese momento) y merendamos fruta. Es algo que nunca antes habíamos hecho pero nos encanta precisamente por eso y porque dejamos de hacer lo que hacemos el resto del día, que suelen ser tareas de casa o de trabajo, y es como un recreo. Hemos comentado que nos gustaría mucho mantener este hábito, aunque no sea todos los días, cuando esto pase porque nos sienta súper bien. A lo mejor vosotros podéis buscar también ese momento y esa actividad que os resulten como un recreo en vuestro día a día, y tomarlo como un hábito. No tiene que ser una hora entera si no disponéis de ella. Se me ocurre, por ejemplo, guardaros un ratito al día para tomar una infusión mientras leéis un libro, o dar un paseo mientras escucháis un podcast, o meteros en el baño y haceros una sesión de spa casero, o hacer 10 minutos de estiramientos y relajación al caer la tarde... Las posibilidades son tantas como den vuestra imaginación y vuestros gustos, es cuestión de buscar el hueco donde hacerlos, que seguro que lo tenéis aunque no sea todos los días.
Espero que estas ideas os resulten inspiradoras para vuestro día a día y me contéis qué buenos hábitos habéis adquirido en este confinamiento. ¡Y también que salgamos pronto de él!
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